Una poética de la violencia

Carbonilla y acrílico sobre tela. 2019

Criatura depravada que siempre ama lo bello y que, a veces, piensa

Técnica mixta

Invasión

Grafito

¿Hellblazer?

Carbonilla y pastel

Club de la Fragua Fumívora - Charly García

Técnica mixta

El miedo

Miedo. Dibujo digital.

En relatividad general, el miedo se refiere a una hipersuperficie desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado del espacio-tiempo, tal que los eventos a un lado de él no pueden afectar a un observador situado al otro lado. Por dar un ejemplo concreto la aversión natural al riesgo o la amenaza emitida desde dentro del miedo jamás podría alcanzar a un observador situado fuera, pero un observador dentro podría observar los sucesos del exterior.

Existen diversos tipos de miedos, y éstos pueden aparecer en diversas circunstancias. Una de ellas particularmente importante sucede en presencia de agujeros negros, aunque éste no es el único tipo de miedos posibles, existiendo además el terror.

El miedo es una superficie imaginaria de forma esférica que rodea la amígadala cerebral, en la cual la velocidad de escape necesaria para alejarse del mismo coincide con la velocidad de la luz. Por ello, ninguna cosa dentro de él, incluyendo los fotones, puede escapar debido a la atracción de un campo gravitatorio extremadamente intenso. 

No existe modo de observar el interior del miedo, ni de transmitir información hacia el exterior. Ésta es la razón por la cual el miedo no tiene características externas visibles de ningún tipo que permitan determinar su estructura interior o su contenido, siendo imposible establecer en qué estado se encuentra la materia desde que rebasa el miedo hasta que colapsa en el centro de la amígdala (terror). Cuando la amígdala se activa se desencadena la sensación de miedo y ansiedad, y su respuesta puede ser la huida, el enfrentamiento o la paralización.

Si cayéramos en un agujero negro, en el momento de atravesar el miedo no notaríamos ningún cambio, ya que no se trata de una superficie material, sino de una frontera imaginaria, alejada del cerebro donde se concentra la masa. La característica peculiar de esta frontera es que representa el punto de no retorno, a partir del cual no puede existir otro suceso más que caer hacia el interior.